miércoles, junio 13, 2007

No te vayas.

No puedo entender por qué.
Recuerdo que pensé en decirle lo siguiente:
Mira, te propongo algo...¿Caminemos?, ¿conversemos?, ¿O te quieres sentar?. No, mejor quedémonos de pie, porque así podemos salir corriendo y huir.

Alguien parado en el balcón. Miraba yo desde abajo y como no tenía mis lentes no podía distinguir bien su fisonomía. Me llamó con voz distorsionada y decidí subir lentamente las escaleras. Pretendía quedar a escasos metros para poder captar absolutamente todo lo que se encontraba cerca de mi, sin embargo, aquel aroma siempre me manipuló, nunca me dejó mantener la distancia, y aunque estaba insegura y temblorosa me acerqué dejándome llevar, deteniéndome a su lado, y entonces, sentí su olor con una fuerza desagarradora. Sin mirarme siquiera, me dijo: Mira, te propongo algo...¿vamos a aquel lugar?, ¿conversemos?, ¿O te quieres sentar?. No, mejor sólo caminemos en silencio, ayuda mucho más conmigo y contigo.

Para que voy a mencionar que no entendía nada, usted bien sabe que yo nunca entiendo nada, usted bien sabe que yo soy como soy...no lo puedo evitar. Bueno, como le contaba, no entendí, y como no estabamos hablando el mismo idioma pese a ser habitantes del mismo pensamiento, recordé el viaje de hace algunos minutos. ¡Como la observé todo el camino! ¡Que ganas de pintar su melancolía! ¡Quería pensar en esto que le envio y no podía!...quien sabe que cosas pasaban por su mente, bendito quien exprese su llanto...vaya mujer...

Cuando volvi a la realidad, a aquel mundillo de sonrisas, el esperaba una respuesta con una mirada que nunca había visto antes, y claro está, aquello se debía a que nunca antes observé sus ojos como aquella vez, con la minuciosa inspección de aquellos retardados segundos. Guardé las palabras ya que en realidad no tenía idea cuales ocupar, no despegué mis labios, sólo veía sus ojos y me perdía en tanto en el alma de este insólito personaje que me rodeaba y me robaba la vida a cada momento. Se volteo cuando yo lloré, camino unos pasos y me gritó que podía irme, que cerca pasaba el tren que me dejaba en mi casa.

Qué tipo mas extraño, ¿No cree usted?. Luego solo seguí instrucciones. Me quedé detenida en la orilla del camino, tomando agua con una botella que olía a tierra mojada, esperando que pasara mi amiga para que me ayudara a encontrar la estación, para no perderme mientras la inercia me carcomía completa. Cuando llegó por fin me dejó arriba del vagón, se despidió y se fue a despertar. Y es raro como funciona la mente: en cuanto estuve sola escuchando el ruido de la noche recordé las palabras que me dijo mientras yo pensaba en la mujer que miraba por la ventana.

"Mira, te propongo algo, acabemos con el silencio y con los minutos, acabemos con esta historia de una vez, acabemos con nosotros...¿Quieres bailar disfrazada?."


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Es un poco raro todo esto, es extraño lo que escribí arriba.
Hace frío, mucho frío.

1 comentario:

Unknown dijo...

Bueno, al leerlo me siento como que existe una chica aún en trance, como que el abandono por el ser amado es una cosa que la marca completamente. Es verdad, en nuestra historia, en la literatura y en el cine, está repleto de mujeres como ellas, mujeres sensibles y femeninas, mujeres románticas. Yo no tengo casi nada de ellas, excepto cuando armo mi personaje y lo escribo o lo dramatizo, ahí me vuelvo como ellas, y esto me hace recordar que hace muy poco también vi escrito la palabra "adiós" en mis libro de romances intensos. Cuando él me lo dedicó, mi única respuesta fue prácticamente nada. Pude comprender que no era la heroína de Cumbres Borrascosas o algo por el estilo, era obvio porqué. Mi forma de vida ha sido siempre : "Lo mejor de ser mujer, es que puedo comportarme como un hombre". Y yo fui como Clark Gable en lo que "El viento se llevó", "Francamente cariño, me importa un bledo".

P.S: Claudia, no tengo Blog, pero puedes escribirme a mi mail giovfsson@gmail.com.