No me es posible describir esta sensación de irrealidad que parece consumirme de pies a cabeza, trato de explicarla , sin embargo las palabras se difuminan y se mueven al igual que todo lo que me rodea, los objetos, las imagenes, incluso las partes de mi cuerpo que también parece falso en su unidad, y que solo se torna real al analizarlo parte por parte, un pie, una mano, una cabeza, un ojo, el pelo, las piernas y el resto de la carne que me constituye.
Dentro de esta irrealidad surgen las voces que cantan suavemente, y que recuerdan que el pensamiento y la claridad de las mañanas mezcladas con la sonrisa y las palabras en sueños, extraña vez se vuelven mañanas en vida y despiertas, con olor, con textura y a veces con sabor.
Se escapa así cayendo levemente como la pintura sobre las paredes, y el pincel vuelve a tomarla y la pone en su lugar, da una vuelta y me dice que si sigo andando estaré de cabeza otra vez. Así reconstruye mi perdida realidad.

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